¿Seguirá la izquierda salvadoreña el ejemplo de la nicaragüense, hoy como hace 28 años? Es muy probable que sí, tomando en cuenta que tanto antes como ahora, los sandinistas han ido adelante del FMLN.
Juan Ramón Medrano
Analista político
redaccion@centroamerica21.com
Juan Ramón Medrano
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Las FARC en Managua
El pasado 19 de julio, el Frente Sandinista de Liberación Nacional FSLN, celebró los 29 años del triunfo de la insurrección sandinista de 1979; mientras que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN, cumplirá 28 años de haberse unido, el próximo 10 de octubre. La influencia del FSLN sobre el FMLN en aquellos años, fue determinante, pues el ejemplo del triunfo sandinista fue un argumento práctico lo suficientemente fuerte para limar asperezas y disimular diferencias en el Frente salvadoreño, en función del fin último, lograr un triunfo revolucionario también en El Salvador.
El pasado 19 de julio, el Frente Sandinista de Liberación Nacional FSLN, celebró los 29 años del triunfo de la insurrección sandinista de 1979; mientras que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN, cumplirá 28 años de haberse unido, el próximo 10 de octubre. La influencia del FSLN sobre el FMLN en aquellos años, fue determinante, pues el ejemplo del triunfo sandinista fue un argumento práctico lo suficientemente fuerte para limar asperezas y disimular diferencias en el Frente salvadoreño, en función del fin último, lograr un triunfo revolucionario también en El Salvador.
Estábamos coincidiendo en algo más que el nombre, pues unos meses después, el 10 de octubre de 1981, emulando a los sandinistas, lanzábamos la Ofensiva Final, con los resultados conocidos.
Los medios de comunicación nicaragüenses destacaban extrañados, que por primera vez no habían presenciado en Managua, una delegación importante del FMLN en la celebración anual de la revolución sandinista. Pero la prensa salvadoreña publicaba al siguiente día, las declaraciones de los dirigentes del Frente, diciendo que sí había asistido una delegación del más alto nivel, formada por José Luis Merino, Medardo González y Sigfrido Reyes. Solo que esta vez no habían estado en la tarima principal junto al presidente Daniel Ortega; dijeron que ese había sido el lugar que les habían asignado los nicaragüenses, pero por la actual coyuntura electoral salvadoreña, ese lugar no destacado, muy probablemente fue decidido a sugerencia del mismo FMLN.
Los medios de comunicación destacaron la noticia de la asistencia de una delegación de las FARC a la celebración sandinista. Los medios nacionales por su parte, publicaban la noticia no confirmada, de que la delegación del FMLN también se habría reunido con las FARC en Managua. ¿Seguirá la izquierda salvadoreña el ejemplo de la nicaragüense, hoy como hace 28 años? Es muy probable que sí, tomando en cuenta que tanto antes como ahora, los sandinistas han ido adelante del FMLN: ellos lograron derrotar a Somoza mediante la insurrección en 1979; y habiendo perdido las elecciones de 1990, volvieron al poder por la vía electoral 16 años después. Eso explicaría entonces, que si se emula en los aspectos importantes, con más razón en los menores, y al igual que el presidente Daniel Ortega, el Frente salvadoreño también se mantenga solidario con las FARC.
La izquierda salvadoreña en la encrucijada
En el capitulo II. La evolución histórica de la izquierda salvadoreña: del Partido Comunista al FMLN. Al referirse a los fundadores dice: "En primer lugar tenemos que los fundadores representan un grupo etario muy coherente y que corresponde a la generación que inició la guerra. A inicios de los años ochenta, cuando el conflicto armado explotó en forma abierta, una característica de la militancia de las organizaciones armadas era la juventud de sus cuadros, la edad del grueso de sus dirigentes y combatientes estaba entre los 14 y 33 años. 12 años después, cuando el conflicto se legaliza, esta generación tendría edades entre los 26 y 45 años, con un 83% que efectivamente corresponde a la gran mayoría de la edad de los fundadores." Efectivamente, cuando se fundó el FMLN, partido político, el 14 de diciembre de 1992, yo tenía 42 años, y como yo, más del ochenta por ciento de los dirigentes tal y como afirma Zamora. Luego hace referencia al hecho de que los jóvenes se han alejado de la política y que le augura un problema político serio al Frente, en este aspecto.
Y efectivamente, uno de los problemas del FMLN es que está conducido por una direccion de viejos, con edades de más de cincuenta años, que tienen a su favor la experiencia, pero en contra las diferencias generacionales. Y muchos de ellos, el grave problema de haber quedado atrapados ideológicamente en las posiciones ortodoxas del pasado.
En el capitulo IV. Reflexiones Finales. La Problemática de la Transición. Se refiere al debate interno y las sucesivas divisiones que ya conocemos, en torno a la orientación ideológica: socialdemocracia o socialismo democratico, versus socialismo del siglo XXI o socialismo revolucionario. "En la práctica, el FMLN ha recurrido a una doble y contradictoria respuesta: por una parte nos encontramos con los dirigentes que ante esta necesidad y a partir de su falta de confianza en los contenidos tradicionales de la ideología marxista-leninista, realizan una especie de "fuga ideológica" y empiezan a asumir contenidos externos a la misma; proclaman, más o menos explícitamente la muerte del socialismo y se adscriben a la social-democracia o más directamente renuncian a la ideología revolucionaria y en nombre del pragmatismo asumen los contenidos de la modernidad neo-liberal. La otra respuesta está dada por una especie de "regresión ideológica" hacia la ortodoxia de décadas pasadas y en nombre del carácter revolucionario del partido, mantienen vigente la vieja ideología marxista leninista, aunque ya no usan el nombre."
Este debate, y las purgas a los socialdemócratas es el proceso interno del FMLN y también del FSLN. De la misma manera, así como actúan dos hermanos gemelos, podemos esperar que al igual que en el proceso de debate interno, la actuación del FMLN sea similar a la del FSLN al llegar al gobierno. Y que tomen las medidas políticas y económicas que conocemos, que independientemente del discurso revolucionario, ha obtenido resultados más negativos que positivos, para los intereses de las grandes mayorías.